
Santiago Martín Tonietti es ingeniero electrónico. Obtuvo su título de grado en la UTN Facultad Regional Bahía Blanca. Actualmente está viviendo en Stuttgart, Alemania. Trabaja en una compañía- de la ciudad europea- que cuenta con oficinas en distintas partes del mundo. “Vector fabrica herramientas de software- principalmente- y de hardware para la fase de desarrollo de los autos”, cuenta el profesional. Seguidamente, agrega que la empresa se encarga de validar tecnológicamente el producto; instancia previa a la fabricación en serie de los distintos modelos de vehículos. Tarea desarrollada- según explica Tonietti- por los “grandes y reconocidos actores de la industria automotriz”. Hace dos años y medio que Santiago decidió radicarse en el exterior, atraído por la cultura y las oportunidades laborales que se presentaron ante sus ojos. Transcurrió una década desde el momento en que una práctica académica y laboral le permitiría conocer las bondades y posibilidades que le ofrecía el suelo alemán.
Un profesor de una universidad alemana – durante su visita a la UTN FRBB- despertó en Santiago Tonietti el deseo de realizar un doctorado en Alemania. Los planes iniciales del entonces alumno pasaban por finalizar sus estudios en Bahía Blanca y capacitarse fuera del país. Un repentino aviso modificaría lo programado. ” Había empezado a estudiar el idioma y un día se acerca Natalia Vidal (integrante en ese momento de la Secretaría de Asuntos Estudiantiles) y me dice que estaba dando vueltas una beca”, introduce Tonietti. Corría el año 2009. El programa de intercambio del DAAD (una organización alemana de intercambio académico) posibilitaba que 60 estudiantes de las distintas regionales de la UTN realizaran una práctica de seis meses en una Universidad de Alemania. A la par que Santiago cursaba la carrera de Ingeniería Electrónica, era miembro activo del grupo de investigación SITIC (Sistemas y Tecnologías de la Información y las Comunicaciones). “Tenía que presentar un proyecto de investigación y otros papeles. Con la ayuda de Guillermo Friedrich- ingeniero eléctrico, ex coordinador del SITIC- y de Natalia, llegué a tiempo”, afirma. Cronológicamente, y de manera sucesiva, se irían cumplimentando los demás pasos. A fin de año llegó la noticia de la preselección. El 2010 sirvió de preparación y preludio de lo que sobrevendría en el 2011: rendida y aprobación del examen de nivel B1 del idioma alemán (abril), presentación y defensa del proyecto de investigación frente a un jurado de la UTN; y comunicación ( julio) de que había sido seleccionado como uno de los 60 estudiantes con la mejor puntuación. Meses más tarde, arrancaría la beca.

¿Cuánto duró y en qué se basó la práctica?
SMT: La práctica se extendió desde el 1 de septiembre del 2011 hasta el 28 de febrero del 2012. Consistió en cursar dos materias y trabajar en un proyecto de investigación dentro de la Universidad. Las asignaturas eran de robótica y de programación de sistemas embebidos distribuidos en tiempo real. Estaban alineadas con lo que a mí me gustaba y había presentado de proyecto (redes inalámbricas para sistemas industriales en tiempo real). Algo que venía trabajando en la Facultad.
Una recomendación te hizo rever algunas cuestiones…
SMT: “Los estudiantes que habían hecho la experiencia el año anterior me sugirieron que me sume a un equipo, en lugar de hacer lo que había presentado. A fin de no terminar trabajando medio solo. A razón del tiempo de permanencia (seis meses), la Universidad no podía destinar demasiados recursos. Si me sumaba a algo que estaba en proceso, interactuaría mucho más con la gente y le sacaría el jugo a la práctica. Eso fue lo que hice. Formé parte de un grupo que realizaba sistemas de procesamientos distribuidos con distintos target de aplicaciones.
¿Qué enseñanzas te dejó en lo cultural y en lo personal?
SMT: “La práctica fue enriquecedora (en todo sentido). Una de las cosas muy interesantes es el hecho de que en la Universidad había gente de muchos países. En mi grupo de investigación, el jefe era un profesor de origen taiwanés (hacía unos años que vivía en Alemania). Mis compañeros eran dos estudiantes de doctorado: uno de Paquistán; el otro, alemán. El equipo se completaba con un integrante proveniente de la India. Compartíamos bastante pasillo y charlas. Ese intercambio de gente, culturas y formas distintas de pensar y razonar es algo muy difícil de explicar. Poder tomar un poquito de cada uno y llevarme sus aprendizajes es sensacional.
¿Y en lo profesional?
SMT: “También fue muy interesante. En aquel tiempo estábamos trabajando con unos procesadores y arquitecturas que no existían aún en el mercado. Eran prototipos de Intel. Las nuevas tecnologías que se venían. Actualmente, este tipo de arquitectura – no exactamente la plataforma- se está utilizando en el sistema de servidores y en los grandes Data Centers. Me llevé muchos aprendizajes de lo técnico (en particular) respecto de programación, conceptos y cosas nuevas.
Al regresar de Alemania, Santiago Tonietti rindió los finales que le quedaban y finalizó la carrera de Ingeniería Electrónica. Plasmó lo aprendido en la práctica en un informe que – a posteriori- utilizó para algunas materias y el último final. “Había sido un trabajo de investigación más que interesante y estaba alineado con los aprendizajes de algunas materias”, aduce. Consultado acerca de lo vivenciado, Santiago reflexiona: “Independientemente de lo que pasé después, de cuán bien se sienta uno, recomiendo hacer una práctica de este estilo”. El desarraigo, estar lejos, enfrentar situaciones (culturales, idiomáticas) que no entendés y conocés son problemáticas que – según Tonietti- se hacen presentes durante la experiencia. No obstante, destaca el crecimiento personal y profesional que la superación de los inconvenientes conlleva: “A uno lo pueden frustrar o hacer sentir mal, pero trae aparejado un aprendizaje que sirve para la vida”.
Actualmente la convocatoria UTN-DAAD 2023, se encuentra abierta. Podés encontrar más información en la entrevista que realizamos con Diego Alvarez, becario 2021.