La recolección de energía tiene como objetivo aprovechar variaciones de cantidades físicas presentes en diferentes ambientes tales como las vibraciones (de maquinarias o grandes estructuras) para alimentar dispositivos autónomos e inalámbricos que permitan realizar un monitoreo inteligente in situ.

Dado que los dispositivos son autoalimentados se evita la utilización de cables o baterías, disminuyendo de esta manera los costos industriales de diseño y mantenimiento.